El castillo de Iulia Hasdeu, en Câmpina

Iulia Hasdeu fue una niña prodigio casi desde el mismo día que llegó al mundo, en el año 1870. Hija de un famoso filólogo rumano, Bodgan Petriceicu-Hasdeu, del que dicen hablaba hasta 26 idiomas diferentes, la pequeña pronto empezó a mostrar las dotes heredadas de su padre, y con tan solo dos años ya hablaba con soltura el rumano, el alemán y el francés.
A los ocho años ya la habían matriculado en el liceo y con solo 11 lo finalizó. Apenas un año después Iulia Hasdeu entró en la parisina Universidad de la Sorbona donde comenzó a estudiar filosofía, pintura, latín y griego, y con solo 18 años ya era licenciada, momento en el que optó por doctorarse en «Filosofía popular rumana». Mientras tanto, compaginaba sus estudios escribiendo poemas y obras de teatro.
Iulia Hasdeu era una joven brillante, sin duda alguna, con un gran futuro literario por delante, pero el destino es incomprensible a veces, y trunca los designios de quien menos se espera. En el año 1888, los padres vieron como su querida hija enfermaba tras mostrar los primeros síntomas de tuberculosis, una enfermedad por entonces difícil de curar.
Los viajes por diferentes países europeos se sucedieron en los siguientes meses, siempre buscando esa cura milagrosa que salvara la vida de su queridísima hija.
Sin esperanza alguna, y tras haber pasado por todos los mejores médicos de Bucarest, en el verano de 1888 decidieron marchar con Iulia hacia el monasterio de Agapia, donde la niña fallecería el 29 de septiembre de aquel año, cuando contaba solo con 19 años de edad.
Incapaz de soportar la pérdida, Bogdan Hasdeu comenzó a frecuentar la compañía de espiritistas. Buscaba el modo de contactar con su hija fallecida. en su obsesión acabó por convertirse en todo un erudito del mundo del espiritismo participando en cientos de sesiones de ellas. Y en todas y cada una de estas sesiones ansiaba ese contacto.
El resultado de aquella loca obsesión hizo que Bogdan Hasdeu escribiera un libro que se convirtió, con el tiempo, en todo un referente en este tema, el que fuera el primer libro sobre espiritismo escrito en Rumanía, el «Sic Cogito«.
Comienza la construcción del castillo de Iulia Hasdeu
Cinco años después, cuando la familia descansaba en Câmpina, en el distrito de Prahova, en Rumanía, a poco menos de 100 kms. de Bucarest, el padre decidió comprar una propiedad y, sin más dilación, comenzó la construcción del que hoy es el castillo de Iulia Hasdeu.
Dicen que el castillo de Iulia Hasdeu nació del deseo expreso de la hija fallecida, quien al fin logró contactar con su padre en una de aquellas sesiones, y fue a través de éstas que Bogdan Hasdeu recibió los planos del mismo, y cómo quería que fuera construido.
Tres años tardó en construirlo, entre los años 1893 y 1896, con la ayuda del arquitecto T. Dobricescu, y desde el primer momento lo consagró al recuerdo de su hija perdida. Todo el castillo en sí es un completo surtido de símbolos y conmemoraciones.
El castillo de Iulia Hasdeu cuenta con tres torres y en el frontal, sobre la entrada, está el escudo de la familia Petriceicu, además de su eslogan, «por la fé y la patria«. A ellos le acompañan unas palabras de Galileo Galilei, «y sin embargo, se mueve«, con el que quizás quiso simbolizar su constancia por contactar con su hija a pesar de la oposición y la desconfianza de quienes le rodeaban. Junto a la puerta de entrada hay situadas además, dos esfingies de estilo egipcio y un tallado en piedra representando al «Ojo del Mundo», el que todo lo vé.
El interior es toda una exposición de recuerdos no solo de su hija, sino de toda la familia. Allí hay todo tipo de objetos personales, dibujos, relatos, cuadros e incluso una sala dedicada al espiritismo, pero quizás, lo que más sorprende, es su sala central, desde la que se ve la cúpula del castillo, pero en el que sorprende ver sobre una baranda, un par de pisos más arriba, una estatua de tamaño natural representando a Jesucristo con los brazos extendidos, como dando la bendición a quienes están abajo.
Bogdan Hasdeu vivió aquí diez años más hasta su fallecimiento pasando el castillo a sus herederos. Lejos de representar un honor contar con una posesión así, el castillo les supuso un enorme problema financiero. Su mantenimiento era muy costoso y finalmente optaron por abandonarlo. Durante muchos años el castillo de Iulia Hasdeu se fue deteriorando hasta que en el año 1960 el edificio se incluyó en la lista de monumentos de Rumanía, por lo que pudo ser restaurado con fondos públicos y dedicado a museo desde el año 1965.
Información práctica sobre el castillo de Iulia Hasdeu
- Año de construcción: de 1893 a 1896
- Tipo de fortaleza: palacio
- Estado de conservación: bueno (restaurado)
- Localización: en Câmpina, distrito de Prahova
- País: Rumanía
- Precios y horarios para visitarlo: Desgraciadamente, desde la pandemia, el castillo está cerrado a las visitas.
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