El Rocky Mountaineer

Con más de 100 años de funcionamiento, el tren canadiense Rocky Mountaineer ofrece a sus pasajeros las vistas más espectaculares del país. Este transporte solo circula de día, de este modo los pasajeros no se pierden ni un detalle de un trayecto de extrema belleza. Verdes valles, montañas nevadas, cañones, bosques de coníferas, glaciares y lagos montañosos formados por el deshielo pueden verse desde unos vagones dotados de grandes ventanales y techos transparentes.

El Rocky Mountaineer cubre la distancia que existe entre Vancouver y Whistler, es decir, la parte oriental de Canadá con las Montañas Rocosas y cuando cae la noche para en las estaciones asignadas para que los pasajeros pasen la noche en el hotel de la categoría previamente elegida con la compra del billete. Con el nuevo día, el tren parte para continuar con su hermoso trayecto.

Dependiendo de la tarifa elegida, podremos hacer rutas de entre dos y nueve días y viajar en vagones Redleaf, con ventanas panorámicas o GoldenLeaf, con cristaleras de 180º para una visión total del paisaje. Naturalmente los primeros son más económicos, el precio mínimo por persona en un itinerario de dos días es de 540 dólares, sobre 410 euros.

Además del ya de por sí atractivo viaje de atravesar Canadá en un tren acristalado, la empresa ofrece paquetes especiales, como por ejemplo el hacer excursiones a las ciudades, alargando así nuestro viaje y conociendo el país más a fondo. Otra oferta interesante es la que refiere al acercamiento a la vida salvaje. Los osos abundan en las inmediaciones del itinerario del tren, por ello se ofrecen paquetes para recorrer las zonas donde se pueden ver a estos animales y parar para pernoctar en los principales parques naturales.

El Rocky Mountaineer solo está en marcha de abril a octubre, pues los inviernos en Canadá son muy duros y la empresa no puede asegurar que el viaje llegue a su término. No obstante es un viaje de lo más recomendable para conocer el gran norte blanco y disfrutar de su belleza como nunca, llegando a lugares a los que es imposible acercarse de cualquier otra forma.