La ruta de los castillos cátaros en Francia

Carcasona

Carcasona

Lugares con Historia: la ruta de los cátaros

Es el Languedoc una región histórica, propensa en castillos, misterios y leyendas, en tramas medievales e historias que fueron grabadas a sangre y fuego en sus tierras. Allí, el país de los cátaros conservó durante siglos su soberbia presencia con fortificaciones que dominaban sus feudos y con oscuras leyendas dibujadas en su pasado, quien sabe si por la mano de la misma Iglesia Católica, deseosa de acabar con movimientos religiosos contrarios a sus creencias.

La ruta de los castillos cátaros marca una zona comprendida entre las ciudades de Toulouse, Albi y Carcasona, al sur de Francia, hogar de los cátaros, regeneracionistas religiosos que supieron acogerse a la protección de sus señores feudales y de aquellos imponentes castillos amurallados.

Fue el abad de Schonau quien acuñó el término, quizás por derivación de ketzer (hereje en alemán) o de catiers (brujos, en francés). Corría el siglo XIII y en el Languedoc la tercera parte de sus gentes eran cátaros. Y fue Inocencio III quien comenzó las particulares persecuciones de éstos. Poco después se le unirían Domingo de Guzmán y su orden de los dominicos en el año 1215 y finalmente, el fatídico para la historia, Gregorio IX quien creó la Inquisitio Haereticae Pravitatus, a la que la Historia bautizó como la Santa Inquisición, la que se ocupó de exterminar a aquellas gentes.

El castillo de Montségur fue el primero en caer en 1244 y, como si de fichas de dominó se tratase, todos fueron cayendo uno tras otro hasta que casi 100 años después, en el año 1327, fuera quemado el último de los cátaros en el castillo de Villerouge-Termenès.

Hoy día todas aquellas ciudades que de un modo u otro se vieron implicadas en aquellas historias intentan explotar en mayor o menor medida su pasado cátaro, presente en gran parte de sus monumentos.

Toulouse es la tercera ciudad de Francia pero al mismo tiempo fue un enclave esencial dentro de la ruta cátara, y su mayor ejemplo son las callecitas que llevan hasta la Catedral. Delante de ésta fue quemado Pierre Authie, prefecto cátaro. En Toulouse también está el Convento de los Jacobinos donde se firmó la orden dominica de tanta importancia en la persecución. Y fue también en esta ciudad donde cayó asesinado ante sus murallas Simón de Monfort, una de las más importantes figuras de las Cruzadas.

Albi es una bellísima ciudad medieval de la que dicen fue sede central de los cátaros (a los que también se conocían como albigenses). Albi es pura elegancia, señorial, encantadora y arrogante. Pura belleza gótica.

 Castillo de Carcasona

Fortificación de Carcasona

Carcasona es quizás la más conocida y visitada de las ciudades cátaras; un auténtico milagro arquitectónico que se ha mantenido intacto hasta nuestros días. Detenéos a las afueras de la ciudad y contemplad esa maravillosa ciudad fortificada; disfrutad del paseo atemporal que daréis por sus calles y del aire intensamente medieval que se desprende de cada una de sus casas. La Basílica gótica de San Nazario o los bastiones de Latours serán nuestros primeros pasos hacia el siglo XIII. de ahí nos dirigiremos a la Montaña Negra donde podremos visitar los cuatro castillos que dan nombre a la ciudad. Allí se refugiaron los cátaros durante las persecuciones y cuando ya no pudieron más, se trasladaron a Montsegur.

También las abadías merecen ser visitadas pues ellas forman parte de aquella Historia. Como la de Fontfroide en Narbona, centro anti-hereje de la zona, o la de Saint Hilaire.

Los castillos cátaros visitables y más conocidos son:

  • Villerouge-Termenès: testigo de la muerte del último cátaro, Guilhem Belibaste.
  • Castillos de Termes y Aguilar, hoy prácticamente en ruinas.
  • Castillo de Arques, del siglo XIV, en cuyo pueblo hay un museo cátaro.
  • Castillo de Peyrepertuse, el conjunto medievo más importante de todo el Languedoc.
  • Castillo de Quèribus, último bastión de los cátaros antes de que definitivamente se rindieran.
  • Castillo de Pularens, que se encuentra abandonado.
  • Castillo de Roquefixada y Lavelanet, en ruinas.
  • Castillo de Montsègur, el auténtico símbolo del catarismo, allá donde se produjo la gran batalla final.

Castillo de Montsegur

Castillo de Montségur

Allí, en Montsègur, al pie de los riscos donde se levanta el castillo, fueron quemadas 200 personas que habían luchado bravíos por sus creencias y su libertad.

«Quemadlos a todos, que Dios sabrá distinguirlos«, fueron las últimas palabras que oyeron aquellas piedras cátaras.

Os dejo con un video que a buen seguro os gustará sobre una de aquéllas ciudades cátaras: Carcassonne.

Foto 1. kalipedia
Foto 2. Ojoeternidad
Foto 3. Morgia

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Etiquetas:

Categorias: Francia, Lugares con Historia, Viajar por Europa



Comentarios (2)

  1. Carlos dice:

    Los cataros una cultura que surgio por la necesidad de esperanza enlos pueblos que sufrian en la edad media y querian un verdadero ejemplo de fe

  2. Muy lindos castillos, muchas gracias por las fotografías!
    Cómo me gustaría poder visitarlos algún día de mi vida!