Caminando por el Golden Gate, en San Francisco

San Francisco es una de las ciudades mas bonitas de Estados Unidos. No es Nueva York ni tampoco tiene la atmósfera de Nueva Orleans pero yo creo que si se puede, hay que visitarla. Con un poco de miedo, claro, pues la ciudad está tan cerca de la famosa falla de San Francisco que un día un terremoto va a sacudirla bastante (y ojalá no estemos allí entonces).

Bueno, el caso es que uno de los símbolos distintivos de esta ciudad es el puente Golden Gate. El puente une la península de San Francisco con el sur del condado de Marin y está construido sobre un estrecho canal que es el que le da el nombre. La construcción del Golden Gate se remonta a la década del ’30 del siglo XX cuando los coches comenzaron a ser muchos y se hizo imperante la construcción de un puente.

El Golden Gate se construyó así entre 1933 y 1937 como parte de un programa nacional para paliar la Gran depresión con empleo público, mide 1280 metros y es un puente colgante que pende de dos torres de 227 metros de altura. La carretera tiene 6 carriles y hay carriles para ciclistas y peatones. Y por debajo de él pasan todos los barcos de la bahía.

Hoy el puente está abierto a los coches, motos y bicicletas las 24 horas del día pero a los peatones solo se les permite entrar de día. Si queremos visitarlo hay que tener en cuenta que solo se permite media hora de visita en ciertos lugares de observación y una hora entera si decidimos caminar por él. El mejor momento para hacerlo es en un día claro, sin nubes, de primavera.

Los puntos de observación más populares son el South Vista Point, del lado de San Francisco y el Marin Vista Point del lado norte. En el primero hay restaurantes, tiendas de regalos, cafetería y lugar para estacionar el coche y en el segundo el estacionamiento es gratuito y hay menos comercios.

Por supuesto, lo mejor es caminar porque solo así se aprecia el tamaño real del Golden Gate y puedes ver la estructura, lo alto que es, la superficie del agua allí abajo y los barcos mientras pasan. La distancia entre ambos puntos de observación es de casi 6 kilómetros así que hay que animarse.