La Iglesia Abacial de San Ouen y la muerte de Juana de Arco

Rouen es una ciudad con grandes episodios históricos. Un lugar en el que estos episodios se han mezclado con leyendas dotando al núcleo urbano de un carácter y personalidad muy atrayente para todos los turistas.

Existe sin embargo en Rouen dos lugares bastante importantes marcados por la historia. Dos lugares que hacen alusión directa a un personaje de gran relevancia llamado Juana de Arco. Uno de ellos es la Iglesia Abacial de San Ouen. Si bien es cierto que su arquitectura ya es un motivo suficiente para visitarla, al igual que su enorme órgano, el cual Charles-Marie Widor descibrió como el Miguel Ángel de los órganos, esta iglesia toma gran importancia debido a que en 1431 sería escogida como uno de los lugares de cautiverio de la Doncella de Orleans mientras esperaba su sentencia de muerte.

El 24 de mayo de ese año, Juana sería trasladada a la abadía. Allí se presenciaron momentos tan destacados como el sermón de Guillaume Erard, en el que comenzó a blasfemar contra el rey de Francia, Carlos VII, mientras se dirigía a Juana. Allí fue también donde Juana interrumpió este sermón declarando que él no era nadie para hablar de su rey, que era la persona más noble de todos los cristianos. Este lugar también vio como Juana se vio obligada a firmar la abjuración mediante la cual pasaría automáticamente a considerarse hereje y se la excomulgaba y enviaba directamente a la justicia secular.

El segundo lugar relacionado con esta mujer fue la Plaza del Viejo Mercado de Rouen; y es que fue aquí cuando el 30 mayo de 1431 la joven, de no más de 19 años, sería ejecutada y quemada viva. Cómo último deseo pidió que todos los eclesiásticos presentes levantaran una cruz en el momento de su muerte para estar más cercana Dios y tener más fuerzas.

En la actualidad, en esta misma plaza, podremos encontrar el Museo Juana de Arco. Una excelente exposición en la que se relata la vida de esta heroína francesa desde que llegara al mundo en 1412 hasta el día de su ejecución en esta plaza, en la que hoy por hoy se levanta una cruz justo en el lugar en el que se colocó la hoguera.

Foto vía: Maksim