El calanque de Marsella

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Un calanque, vaya palabra, es una formación geológica que supone un valle profundo con laterales agudos, en general de piedra caliza, que en parte emergen del mar. ¿Sabes cómo es un fiordo? Bueno, algo así pero en el Mediterráneo.

Hay calanques en la rivera francesa, en Córcega y sobre la costa de Bretaña, en el norte de Francia, pero el ejemplo más conocido es sin dudas el Massif des Calanques que está en el departamento de Buches-du-Rhône, entre Marsella y Cassis.

Este macizo espectacular recorre 20 kilómetros y tiene 4 km de ancho. Incluye varios calanques, el de Sormiou, el de Morgiou, el de Port-Pin, Sigton y el de d’En-Vau. ¿Pero qué más se puede decir de la formación de estos calanques? Se trata de restos de antiguas desembocaduras de ríos que se formaron hace millones de años y adquirieron su forma actual después de la última glaciación.

Los de Marsella están entre los más populares y la gente los visita mucho, en especial durante las temporadas menos frías. Tienen muchos puntos panorámicos y lo más frecuente es caminar por una red de senderos que los recorre y que está bien señalizada. El lado del agua, el lado de los altos muros, suele ocuparse con escaladores que llegan para practicar sus habilidades.

Seguramente el invierno no es la mejor temporada para conocerlos. Entre marzo y agosto el clima es mejor, no hace tanto calor tampoco y llueve menos que en otoño e invierno. También hay paseos en barco que te permiten admirar el paisaje de roca y costa desde el mar.

¿Una última recomendación? Si puedes no dejes de visitar la Cueva Cosquer, una gruta subterránea que está en el calanque de Morgiuo, a 37 metros bajo el agua y alguna vez habitada, cuando el nivel del agua lo permitía. Sus muros han quedado decorados con pinturas milenarias y hoy se accede por un lago túnel desde la superficie.

Foto: vía Ushuaia

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Categorias: Francia, Viajar por Europa



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