El Templo del Cielo, en China
Fundado durante la primera mitad del siglo XV, el Templo del Cielo es una verdadera joya de la arquitectura y del paisajismo en Beijing. Está compuesto de monumentos de culto rodeados de jardines y bosques de antiguos pinos. Fue inscripto en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco en el año 1998.
Su fuerza simbólica es uno de sus tesoros más preciados. Además de considerarse una de las maravillas más fascinantes del país, este conjunto representa la relación entre la tierra, hogar de los humanos, y el cielo, mundo de lo divino. Así, se sitúa en el eje mismo de la cultura China y de su concepción del universo.
En el corazón de la deslumbrante Beijing, bajando por Wuiamen Bajie desde la Plaza de Tian’anmen, es que se ubica el Templo del Cielo. Considerada la obra cumbre del arte Ming, fue el centro del Imperio durante cinco siglos, y hoy es una visita imperdible para todo turista.
Su construcción fue iniciada durante el reino del emperador Yongle, pero no fue culminado sino hasta el año 1420. Con la idea de un cielo de forma redonda y una tierra cuadrada, se diseñó el templo en el que tenían lugar las oraciones del gobernante, en las que pedía por la cosecha del año.
Cada temporada, el emperador se dirigía hasta allí siguiendo la ruta ceremonial. Ingresaba al templo desde el sur, por la puerta Zhaohen. Hoy día puede visitarse el templo sobre los pasos del monarca. Llegaba al Altar Circular, con tres niveles de mármol: el hombre, la tierra y el cielo.
Una vez allí, pasaba la noche en la sala del Ruego de las Buenas Cosechas, ubicada al norte del Parque. Este recinto de madera, completamente tallado y sin un solo clavo, es de colores vistosos en su interior, que fue reconstruido tras el incendio de 1889.
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esta muy bonito