Templos y Fiestas en Kioto
Templo Ginkakuji
Pasear por Kioto es como recorrer once siglos de la historia de Japón. En su día fue la sede de la corte imperial, así como un importante centro religioso y artístico. Sin ir más lejos, el teatro y la danza japonesas alcanzaron su apogeo durante el período Muromachi (1334-1568) en Kioto. Vamos a visitar y conocer algo más de esta espectacular ciudad japonesa.
Los aliados no bombardearon Kioto durante la Segunda Guerra Mundial y se dice que contiene el veinte por ciento de los tesoros nacionales de Japón, incluidos más de 1700 templos budistas y 300 santuarios sintoistas, dispersos y en ocasiones escondidos entre el paisaje urbano de la ciudad moderna. Puede que la belleza de Kioto sea difícil de encontrar, pero si se pone un poco de empeño se puede apreciar el antiguo Japón en sus templos y jardines, que forman un recinto de varios edificios, como simulando una pequeña aldea.
El Ginkakuji, el templo del Pabellón de Plata, de dos pisos y tejado en forma de pagoda, está rodeado de jardines diseñados por un maestro del paisajismo y son ideales para meditar dando un paseo. Por ejemplo, el Camino de la Filosofía, que está ribeteado de cerezos y sigue un estrecho canal de un kilómetro y medio, se muestra en todo su esplendor durante todo el año.
El Ginkakuji está inspirado en el Kinkakuji, templo del Pabellón del Oro, del siglo XIV, que destruyó un incendio en 1950. Hoy puede verse una réplica de tres plantas que se construyó poco después sobre el terreno cubierto de musgo del antiguo templo.
Desde este punto un agradable paseo de media hora os llevará al templo Ryoanji, cuyo pequeño jardín de grava blanca y quince rocas se ha convertido en la esencia de la filosofía zen. Este templo de la era Kiyomizu se asienta sobre la empinada ladera de una colina y ofrece unas vistas sensacionales de Kioto desde su mirador de madera.
Festival Jidai
En su día en Kioto surgieron barrios enteros especializados en un oficio. Los mejores artesanos del país trabajaban aquí, al servicio de la corte imperial y los señores feudales. Todavía se pueden encontrar hoy en día los talleres de sus descendientes en las tranquilas barriadas de los distritos históricos de Kioto. Los productos de la ciudad, incluidos los grabados en planchas de madera, la seda y los productos textiles, las muñecas y la papelería, todavía son famosos por su refinamiento, elegancia y maestría.
El mejor momento para visitar Kioto es durante la celebración de cualquiera de sus matsuri o festivales anuales. Los tres más importantes, el Jidai, el Aoi y el Gión, merecen una visita sin dudarlo. Miles de ciudadanos de Kioto participan en el festival Jidai cada 22 de octubre. Es uno de los festivales más nuevos, pues apenas tiene un siglo. Una fantástica procesión de trajes de las dinastías entre los siglos VIII y XIX se pasean por la ciudad, con el Palacio Imperial como punto de partida.
La flor del cerezo ya se habrá marchitado cuando el 15 de mayo estalle el Festival Aoi por toda la ciudad. Pero la primavera todavía estará en pleno esplendor cuando cientos de participantes se vistan con trajes imperiales y se dirijan en procesión al Santuario Shimogamo para pedir por la prosperidad de la ciudad. Este festival se remonta al siglo VI y es uno de los más antiguos del mundo.
El 16 y 17 de julio haced sitio para las 31 enormes carrozas que forman el famoso Festival Gión, una procesión que pide protección para Kioto. Se celebró por vez primera en el siglo IX, cuando una plaga asoló la antigua capital.
Cómo llegar
Para llegar a Kioto tomaremos un vuelo hasta el Aeropuerto de Narita, a 60 kilómetros de Tokyo. Desde allí tomaremos un tren, el Narita Express, que nos lleva hasta la capital japonesa, y cuyo trayecto suele durar 1 hora, a un precio de 20 euros. También desde el aeropuerto podemos tomar un autobús hasta Tokyo, por 25 euros, pero tardará un poco más. Al llegar a Tokyo debemos tomar el tren Shinkansen Nozomi, que en 2 horas y media nos llevará hasta Kioto.
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