Baktapur, el tesoro de los devotos
En otra ocasión creo haber reconocido mi debilidad por los países exóticos, esos lugares que nos llaman sobremanera la atención por sus suntuosos detalles, su ambiente, su cultura y modo de vida totalmente diferente al nuestro. Hay un lugar que para mí bien podría ser el emperador del exotismo. Y ese lugar es Nepal, y dentro de este maravilloso país, la ciudad de Baktapur, en el Valle de Katmandú, y a 13 kilómetros de la capital.
También conocida como Bhadgaon, la Ciudad de los Devotos, el nombre de Baktapur proviene del sánscrito bhakta, y significa devoto y pura. Sigue siendo una pequeña de estampas medievales que ha escapado del creciente turismo occidental. Su impresionante arquitectura y el reciente programa de conservación de la ciudad, el más extenso del Nepal gracias a un proyecto financiado por Alemania que comenzó en los años 70, se debe a su antigua condición de capital. Fundada en el 1200 a.C, fue uno de los cuatro reinos independientes del valle de Katmandú.
A medida que paseamos por las estrechas calles empedradas de ladrillo descubriremos en sus callejones santuarios ocultos entre el mar de estatuas que pueblan la ciudad. Grandes puestos de artesanía nos acompañarán en nuestro recorrido, donde se trabaja la tela como lo hacían en el siglo XVI. Y el ruido incesante de centenares de campanas, monjes cantando por las calles en una explosión de tambores y flautas que nos recuerda la espiritualidad tan tremenda que rodea esta ciudad.
Ya la entrada a la ciudad es de por sí preciosa. Un arco blanco sobre una carretera de tierra recibe a los visitantes. Hombres y mujeres del lugar comprando en los puestos, con sus chales rojos sobre los hombros y los niños cargados en las espaldas. Baktapur es una ciudad en la que es imposible perderse un detalle. Es un amplio museo vivo con cientos de templos y pozos, pues hay pocas casas que tengan agua en su interior. La madera de las puertas, ventanas, balcones y techos están tallados con Ganesh, dioses desconocidos, elefantes, frutas, flores, diamantes…
La plaza central del pueblo, la más bonita y espectacular es la Plaza Durbar, enmarcada por el Palacio Real con sus siete patios, una serie de templos hindúes estilo pagoda y la Puerta Dorada, que está hecha en su totalidad de cobre y es uno de los monumentos de los que los nepalíes están más orgullosos. El Palacio Real, con sus maravillosas 55 ventanas, fue la sede de la realeza hasta 1769. El edificio alberga ahora la Galería de Arte Nacional. La Puerta Dorada se remonta a 1756 y es la maravillosa entrada al Templo Taleju, con unos patios interiores y unos baños realmente fascinantes. Os quedaréis maravillados con la profusión de ornamentación, estatuas y templos de este lugar.
Uno de los templos maravillosos de esta plaza es el Templo Nyatapol, de más de 30 metros de altura, el templo más alto en el Valle del Katmandú. Fue construido por el rey Bhupatindra Malla en 1708. Cada una de sus cinco terrazas tiene figuras de luchadores, elefantes, leones y diosas. La Galería de Arte Nacional muestra raras pinturas locales, manuscritos e ilustraciones, así como enormes objetos de latón, imágenes de bronce y madera. La Galería cierra los jueves y los días festivos.
Otros templos inexcusables de visitar es el Templo Bhairavnath, maravilloso templo dedicado a Bhairav, el dios del terror. El Templo Dattatraya, del que cuenta la leyenda que fue construido a partir del tronco de un árbol en 1427. Cerca de este templo se encuentra el Monasterio Pujari, un monasterio en cuyas ventanas aparecen talladas figuras de pavos reales. El Santuario Vinayak está dedicado a Ganesh, el dios simbolizado como un elefante. Desde aquí las vista de Baktapur son preciosas, con sus picos nevados al fondo. Este santuario está ubicado en uno de los bosques a las afueras de la ciudad, un lugar ideal para un pequeño pic-nic.
Pero Baktapur no sólo es rica por sus manifestaciones arquitectónicas. Las antiguas danzas rituales y los festivales de aquí se siguen con el mismo fervor y entusiasmo con el que se siguieron hace siglos. Por ejemplo, los festivales de la Gai Jatra, en julio y agosto, y los festivales de danza ritual Nava Durga, de octubre a junio, son los más famosos de Nepal, con bailes rituales y tradicionales que se conservan intactos durante siglos.
Así pues, si queréis un lugar exótico, lleno de magia, misterio y espiritualidad, no lo dudéis, vuestro destino está en la maravillosa ciudad de Baktapur.
Cómo llegar
Baktapur se encuentra a 14 kilómetros de Katmandú, la capital. Para acceder a ella tenemos que hacerlo en avión hasta esta ciudad. Os puedo asegurar que el aeropuerto de Katmandú es un poco caótico la verdad, aparte de que hay que hacer varias escalas hasta llegar a él desde los aeropuertos españoles. Desde Katmandú hay que tomar un taxi o un autobús. El taxi os saldrá por unas 300 rupias, y el autobús unas 10 rupias. Los autobuses parten desde la Estación Bagbazaar de Katmandú. En taxi se llega a Baktapur en 30 minutos, y unos 45 minutos en autobús. Os parecerá raro que se tarde tanto en solo 14 kilómetros de carretera, ¿no?. Claro, es que el concepto de carretera es muy diferente en Nepal…
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