Tallin, la dama roja del Báltico
En pocos países de Europa se mantiene intacta la presencia medieval como en la antigua ciudad de Tallin, la capital de Estonia, situada en la costa norte del país, a 80 kilómetros de Helsinki. Calles empinadas y estrechas, agujas puntiagudas que sobresalen de los tejados buscando el cosquilleo de las nubes, antiguos palacios y casas nobiliarias de tejados rojos. Además, al ser puerto marítimo, el mar le confiere una especial belleza, sobre todo si arribamos a ella en barco.
Tallin fue fundada hace 3500 años por los Fino-Ugrios, convirtiéndose en el siglo X como uno de los puertos más importantes del Báltico. Debido a su gran emplazamiento, fue conquistada por los daneses en 1239. De esta época procede su nombre, Taani Linn, que significa ciudad danesa. Los daneses comienzan a configurar la Tallin que hoy podemos recorrer en nuestra visita. Resulta impactante ya que la ciudad permanece casi intacta desde hace siglos, maravillosamente conservada. De esta época son las murallas, la mayoría de los edificios, sus iglesias… Esto propició que Tallin se convirtiera con el paso de los siglos en una de las ciudades más importantes de la región, sobre todo en los siglos XV y XVI. Precisamente, en 1561, fue tomada por los suecos, pasando en 1761 a manos rusas, no llegando su total independencia hasta el 20 de agosto de 1991.
Un paseo por Tallin es volver la vista diez siglos atrás. Entre sus calles pintorescas, sus tejados de colores y puntiagudos, sus bellas iglesias, palacios, edificios. Desde 1997, Tallin es Patrimonio de la Humanidad. Calles empedradas se abren a nuestro paso, recias murallas nos circundan, todo es tan original, todo permanece intacto.
La Plaza del Ayuntamiento, llena de terrazas de cafés, se vuelca con sus mercados medievales. Es el epicentro de la ciudad, desde aquí parten todas las calles, buscándose, encontrándose en algún punto. Es preciosa en Navidad, cubierta de nieve, con su enorme árbol en el centro que se coloca desde 1441. Pero también lo es en verano, con sus ferias tradicionales, los torneos medievales, el Carnaval.
El Ayuntamiento de Tallin es un edificio del gótico tardío, un tesoro único, el mejor conservado de toda la Europa del Norte. Surge en el 1400. Su interior es riquísimo, bellísimamente decorado. Entras en él y lo primero que piensas es que es imposible que éste sea el Ayuntamiento de la ciudad. Arcos con un tremendo colorido, hermosas lámparas doradas en forma de cruz, columnas a juego con la decoración de los arcos. No extraña que allí se celebren las más importantes exposiciones que llegan a la ciudad, los conciertos, las recepciones políticas. Es fastuoso.
En la esquina de la Plaza del Ayuntamiento, la Farmacia más antigua de toda Europa. Surge en 1422, aunque según los estonios, tiene muchos más siglos de antiguedad. Y como en toda Tallin, es un lugar que se mantiene intacto, pero eso sí, maravillosamente decorado y conservado. Aún hoy se venden ungüentos antiguos, pócimas medievales, secretos de antaño, junto con otros productos más modernos.
Nos acercamos ahora al Museo de Historia de Tallin, el segundo edificio más grande de la ciudad, después del Ayuntamiento. El edificio fue construido en 1407, y en en esa época acogía al gremio de comerciantes de la ciudad. Esto nos demuestra la importancia marítima de Tallin, pues el edificio es muy ostentoso, un lugar bastante ornamental para acoger la sede del comercio de la época. Destaca sobre su tejado a dos aguas, blanco reluciente, su fachada que permanece muy bien conservada, con el escudo de armas de la ciudad de Tallin, una cruz blanca sobre fondo rojo (de ahí el color que predomina en las casas). En su interior podemos contemplar el enorme despliegue de la historia de los estonios que abarca desde su fundación hasta nuestros días.
El único edificio renacentista que encontramos en Tallin es la Casa de San Mauricio, lugar donde se acogían a los comerciantes del extranjero que pasaban unos días en la ciudad. Su fachada presenta una profusa decoración de la época, en piedra, pero de vistosos colores, sobre todo en las ventanas y en la puerta principal.
Llegamos ahora a la Iglesia de San Olav, la iglesia más alta de la Europa medieval. De estilo gótico, y construida probablemente sobre el 1267, llama la atención enormemente por su torre y su pináculo, de casi 125 metros de altura. En la época, esta torre servía de referencia para los barcos que se acercaban al Báltico. Esta altura ha provocado que la torre se haya visto muy dañada por los rayos, hasta en 8 ocasiones ha sido alcanzada por este fenómeno atmosférico. Preciosa su torre, de planta cuadrada, blanca, con bellos detalles en el campanario. Las vistas desde arriba son magníficas: la ciudad, sus calles, el golfo Báltico…
La Iglesia de San Nicolás, que también se usa como sala de conciertos, fue levantada en el 1300. Su primer emplazamiento fue el de una fortaleza, aunque más tarde tomó el cariz religioso. En su interior, debemos visitar la Capilla de San Antonio, de un estilo renacentista muy original, y el altar mayor, decorado con escenas de la vida de San Nicolás. Y la Iglesia del Espíritu Santo, construida en 1360, con su impresionante aguja barroca coronándola. La torre de su campanario fue terminada en 1453, y en ella observamos el reloj más antiguo de Estonia. El interior, como todas las iglesias que visitamos, está hermosamente decorado, con un altar mayor y un retablo dignos de mención.
Y en nuestra visita por Tallin no podemos dejarnos en el tintero las Torres Nunna, Sauna y Kuldjala, torres que coronan la fortaleza medieval que surgió en Tallin en el siglo XIII. Torres con penachos de un rojo intenso que defienden la ciudad, murallas de casi 16 metros de altura. Podemos subir a las torres y contemplar la ciudad desde ellas e imaginar cómo los siglos van cayendo a nuestros pies hasta llegar casi a la época de las Cruzadas. Desde aquí podemos contemplar, en la parte más alta de la ciudad, el Castillo Toompea, del siglo XIII, un castillo que es el mejor testigo del Báltico, hogar hoy del Parlamento estonio. Un edificio imponente sobre el horizonte, un edificio que muestra la realeza y la fortaleza de esta ciudad en sus orígenes. En él destaca la Torre Herrmann, donde ondea encantada la bandera de Estonia.
Tallin, el recuerdo de la vieja historia de Europa, la ciudad que mejor conserva el legado de los siglos.
Cómo llegar
El aeropuerto de Tallin se encuentra a sólo 4 kilómetros del centro de la ciudad. El autobús público número 2 conecta el aeropuerto con Tallin y su última parada es el Viru Hotel, situado en el extremo del casco antiguo. Cuidado con los taxis, hay que fijarse antes si tiene el taxímetro encendido. Si no es así, fijar previamente una tarifa, o os pueden cobrar algo más por ser turistas.
Aún así, también podemos llegar a Tallin en ferry desde Helsinki o Estocolmo, o bien desde Rusia o Alemania. El viaje es cuanto menos fabuloso, y las vistas de Tallin desde el barco son espectaculares, es como si llegáramos en una galera para conquistar sus torres y sus fortalezas.
Categorias: Estonia, Viajar por Europa
Buenos días¡ me he enamorado al ver en google, las fotos de vuestra ciudad. Por favor, me gustaría que en enviarais información de hoteles, vuelos , si conoceis desde málaga.
Si ha de ser desde Madrid, pues tampoco me importaría.
Espero vuestras noticias, gracias.
maria jose
necesito informacion sobre si es dificil el entenderse en ese pais pues no domino ningun idioma y si hay guias en español.Estoy muy interesado en esa ciudad , quisiera ir para despues de semana santa.
Hola, Valeriano:
Todo depende del nivel de dominio que tengas de algún idioma. Sobre todo, si más o menos entiendes y hablas algo de inglés, podrás hacerte entender. El problema es si no hablas nada del idioma, pero vaya, es un problema que te encontrarás sea en Tallin, en Berlín o en Nueva York.
En cuanto a guias en español, siento decirte que no conozco ninguna concreta.
Un saludo