Torla, la puerta del Monte Perdido
Recuerdo la visita a Torla, en Huesca, como un día de mucho frío, pero sin duda, una de las excursiones más bonitas que haya podido realizar nunca. Este pequeño pueblos de apenas 400 habitantes se halla ya muy cerca de la frontera con Francia. Es de una gran belleza, sobre todo por los paisajes de montaña que ofrece, además de ser una de las entradas principales al Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido.
Cinco montañas parecen dormir en sus brazos el pueblo de Torla. Mondiciero, Litro, Diazas, Duáscaro y Mondarruego son sus nombres, todas ellas por encima de los 2000 metros de altitud. Torla parece un rincón salido de la propia naturaleza. El nombre de Torla proviene del término «torrella», que alude a las fortificaciones que defendían a la población de los franceses.
Y es que el haber sido durante siempre un lugar fronterizo ha provocado que siempre haya estado envuelta en mil y una historias. Hoy, además de por sus historias, leyendas y batallas legendarias, Torla es uno de los pueblos más bonitos de los Pirineos, muy demandado en las agencias de viajes. Un tesoro de piedra que esconde un legado medieval y señorial difícil de igualar.
Las calles del pueblo son estrechas y empinadas, pavimentadas con losa o canto rodado a la antigua usanza. Las casas son de igual modo de piedra, con preciosos tejados a dos aguas de pizarra. Muchas de estas casas muestran en sus fachadas el escudo de armas de sus antiguos moradores. Realmente hay algunas de gran belleza, con sus ventanales góticos y sus balconadas corridas de madera. Para ver todo esto con mayor esplendor, lo mejor es dirigirnos a la Plaza Mayor.
Uno de los conjuntos más hermosos de Torla es la Iglesia Parroquial de San Salvador, de estilo románico. Se construyó entre los siglos XIII y XVII. Tenéis sin duda que visitar en su interior una cruz procesional de plata, así como sus retablos. Junto a la iglesia, podéis visitar el Museo Etnológico, en un antiguo castillo construido en 1530.
Callejeando por Torla seguramente os llame la atención la conocida como Casa de Viu, en la calle Lerabarbero. Su ubicación es preciosa, junto a un prado con nogales, y unas vistas maravillosas del Ordesa. Esta casa ha sido declarada Monumento Histórico-Artístico, y todo su conjunto data de los siglos XVII y XVIII.
Sin duda que si nos acercamos hasta Torla no se nos puede pasar por alto dejar un día para visitar el Parque Nacional de Ordesa, con el Monte Perdido, una de las cimas más codiciadas por los montañeros. Será un lugar que ya se puede apreciar desde el propio pueblo. Y es que, paseando por Torla, la vista se nos irá hacia arriba, a las montañas, al verde del paisaje, a las cumbres nevadas que rodean esta población.
Categorias: Huesca, Viajar por España