Cisterna de Justiniano o Yerebatan, columnas bajo el agua

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A pocos metros de Santa Sofía, y enterrado bajo tierra se haya un lugar espectacular que nos va a dejar helados por su originalidad, su magia, su atmósfera y el enorme silencio que lo envuelve.

Se trata de la cisterna más grande construida en Estambul en la época Bizantina, su nombre: Cisterna de Justiniano, también llamada Yerebatan Sardici o basílica cisterna.

Su entrada exterior no permite imaginar el tesoro que vamos a encontrar dentro. Tan sólo es necesario bajar unas cuantas escaleras para entrar en una nueva dimensión llena de historia antigua y de arte.

Ocupa una superficie de 10.000 m2 y es un enorme depósito de agua con 336 columnas repartidas en 12 hileras de 28 y situadas a 4 metros unas de otras. Su capacidad de almacenamiento era de 78.000 m3. Todas sus columnas proceden de otros monumentos que fueron desmantelados, por lo que la variedad en los diseños es sorprendente. La mayor parte de los capiteles son de orden jónico y corintio, a excepción de unos pocos dóricos.

Fue construida por el emperador Justiniano en el año 532 bajo la que fue una gran basílica, tras la destrucción de ésta por incendio. Su función era la de almacenar el agua sobrante de forma que durante los meses más secos del verano la ciudad no quedara desabastecida.

Hay que tener en cuenta que Estambul, la antigua Constantinopla, llegó a poseer más de 60 cisternas. Otras cisternas que se pueden visitar en la ciudad son la cisterna de Philoxenos (Birbindirek) que posee 224 columnas, y la de Theodosius con 32 columnas.

Visita absolutamente recomendada. Será inolvidable aunque el flash de nuestras cámaras no sea capaz de iluminar correctamente y dejar constancia clara de tanta belleza.

Información práctica:

  • Horario: Abierto todos los dias entre 9 y 17 horas.

  • Precio: 10 liras turcas

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Categorias: Turquia, Viajar por Europa



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