Buenos Aires, la nostalgia de un tango

Tango en calle Caminito en Buenos Aires

Buenos Aires tiene un río

que lo acuna, que lo besa;

si no fuera así, así,

yo no lo querría.

Tiene canto, tiene vino

al amanecer,

y un amigo en el camino

siempre ha de tener,

¡siempre ha de tener!

Tiene el tango tan sentido

de Pichuco, de Piazzolla,

si no fuera así, así,

¡qué ciudad tan sola!

Buenos Aires tiene el vuelo

de palomas… ¡Qué alegría!

si no fuera así, así

yo me moriría.

Cafe Tortoni en Buenos Aires

Así he de empezar mi periplo por Buenos Aires: con esas palabras de Eladia Blázquez, una de sus tangueras, y con lo más típico de ellos, con su tango; porque Buenos Aires es puro tango; es puro sentimiento; es pura nostalgia; es puro amor… Pasear por sus calles te envuelve de un halo de nostalgia indescriptible. Olvidas el presente para volver a tu pasado, a aquellos tiernos años 70, de la música melodiosa, de los limpiabotas por las calles, de los puestos de fruta en medio de la calle; a ese aroma antiguo que nos envolvía cuando éramos pequeños… parece como si el tiempo se hubiera quedado parado por un capricho del destino, y por un momento revives con sus propias manifestaciones aquéllas nuestras de la época de la transición.

Y te echas a sus calles dispuesto a encontrar en cada rincón, en cada calleja, ese sabor y ese aroma sentimental de nuestra infancia que tanto echamos en falta a veces.

—— LLEGAR A BUENOS AIRES ———-

Yo hice el vuelo con Iberia. El costo fue de unos 1.000 euros aproximadamente incluyendo tasas. La salida fue a las 12 de la mañana para llegar a Buenos Aires, al aeropuerto Ministro Pistarini, 12 horas y 45 minutos después, que es la duración del vuelo. O sea, a las 00,45 h. Allí hay que retrasar el reloj 5 horas, por lo que eran las 19,45 h.

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——– DONDE ALOJARSE EN BUENOS AIRES ——–

* HOTEL PESTANA
Situado en pleno centro de Buenos Aires, en la famosa Avenida 9 de Julio, enfrente del teatro Colón y a pocos pasos del Obelisco. El diseño es muy vanguardista y moderno. El personal es muy atento y hospitalario (casi como todos en Argentina) y tienen unos servicios completísimos.

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———- LA MONEDA ———-

Es el peso argentino.

——— CÓMO MOVERSE ———-

Hay cuatro medios: taxi, autobús, metro y a pie, claro.

Os aconsejo estas dos últimas opciones. El metro es muy cómodo y sencillo allí. Prácticamente llega a todos lados, y es barato y puntual. A pie es mi preferida, porque es la mejor manera de disfrutar de un viaje, y de empaparte del ambiente del lugar.

El taxi es muy caro en comparación a los precios de allí, claro, porque un trayecto más o menos amplio os puede costar unos 3 euros , y bastante incómodo. Hay compañías oficiales de taxi, pero también hay remis, taxis que no son oficiales, pero que igualmente te hacen el trayecto que les indiques. Es digno de observar la cantidad de taxis que circulan por la ciudad; no creo que exagere si os digo que de cada 5 coches 1 podía ser perfectamente un taxi o remi. Según me comentaron eso se debía a la situación económica, pues el tener estos remis no es sino una forma alternativa de conseguir ingresos extras. Os comenté que son incómodos por la sencilla razón de que allí parecen respetar poco los cambios de carril, semáforos, etc. Por lo que si os gustan las emociones fuertes… adelante, coged un taxi.

Buenos Aires tiene también una amplia red de autobuses, que llegan a casi toda la ciudad y además son muy baratos. El viaje cuesta 80 centavos de peso, o sea, 0,20 euros.

El metro es lo que me resultó más cómodo. Rápido y puntual. Y además barato. Tienen 5 líneas y 1 en construcción. La línea A, la principal que cubre desde el Congreso hasta la Plaza de Mayo, es muy típica pues sus vagones son de madera, y se conservan desde su construcción en 1924. El costo hace dos años era de 1 peso, 0,25 euros.

Para andarla, Buenos Aires es una ciudad excesivamente grande. Incluso más que Madrid. No obstante, si quieres captar toda su vida, has de pasear y observar. Anda hasta que te canses y entonces, sólo entonces, coge el metro o el autobús.

En Argentina casi nadie coge el tren. No sólo por el mal servicio que da, y por lo antiguo que es, sino porque al ser tan grande Argentina, recorrer esas distancias tan abismales parece una pérdida de tiempo. Mejor coger aviones.

————– DE TURISMO EN BUENOS AIRES ————–

### EL CENTRO ###

Mi llegada a la capital fue ya de noche, pues desde el aeropuerto al centro se tarda aproximadamente una hora en coche. Dado que el avión llegó casi a las 20 h., desplazamiento al hotel, y alojamiento… sólo tuve tiempo casi de salir, cenar y ambientarme un poco. Y así, mis primeros pasos, con la ciudad ya de noche, y bajo las luces amarillentas de sus farolas, se dirigió a su parte más histórica. Recorrer la Avenida 9 de Julio hasta el Obelisco, subir la Avenida Corrientes hasta llegar al Congreso y de ahí enfilar la famosa avenida que tantas veces hemos visto por TV en tantas y tantas manifestaciones: la Avenida de Mayo.

La Avenida 9 de Julio es la más ancha del mundo con sus 140 metros de anchura. Realmente impresiona. Y dominado esa Avenida, visible desde todos lados está el Obelisco, en la esquina entre esta Avenida y la Avenida Corrientes. Mide 60 metros y se erigió en 1936 para conmemorar los 400 años de la primera fundación de la ciudad. La gran utilidad para el turista de este monumento es que sirve de referencia perfecta para orientarse. Gracias a él, se puede encontrar el camino, caso de que uno se pierda.

En la Avenida Corrientes hice mi primera comida-cena en la cadena de pizzerías de que os hablé en mi anterior opinión: los Inmortales. Y tal y como os dije, exquisito y barato. Ya con el estómago lleno, dirigí mis pasos hacia la famosa Avenida, que comienza en el Congreso. No podía dejar de mirar a uno y otro edificio; de pasear mi vista por las gentes; por los puestos; por las calles. Me sorprendía ver que a esas horas, ya casi las 12 de la noche hubiera esa vida y ese movimiento. Incluso los kioskos de periódicos estaban abiertos. Empezaba a vislumbrar rastros de la inmensa pasión que los argentinos sienten por el fútbol, en esos mismos kioskos, donde lo que más hay son periódicos deportivos; en las televisiones de los bares, donde muchas veces veías los partidos puestos…

Por otro lado, moverse en Buenos Aires, y en toda Argentina en general, es muy sencillo. Las ciudades están muy cuadriculadas. De hecho, la ciudad se divide en «cuadras». Supongamos que vamos al número 407 de la Avenida Corrientes… no es que haya 407 casas, no… el primer número delimita las calles que tienes que cruzar, de modo que si empiezas por el principio de la Avenida, por el número 1, ya sabes que has de cruzar 4 calles. La primera manzana serán los 100, la siguiente los 200, y asi sucesivamente… y cuando llegues a la cuarta buscas el numero 7. Sencillo.

Y así , mis pasos me llevaron hasta La Plaza de los Dos Congresos, una plaza grandísima divida en dos plazas menores. En su centro destaca una gran fuente con estatuas de piedra y que representa a ambos Congresos: la Asamblea Nacional, que en 1813 abolió la esclavitud, y el de Tucumán que en 1816 declaró la independencia del país. En uno de los lados de la plaza se encuentra el Parlamento Nacional, inspirado en el Capitolio de Washington. Los otros lados de la plaza lo cubren el Senado y el Teatro Liceo.

Mirando hacia el este, en dirección al mar, podía divisar todo el largo de la Avenida de Mayo, a cuyo fondo (muy al fondo) estaba la Casa Rosada y la famosa Plaza de Mayo.

La Avenida de Mayo mide un poco más de 1 kilómetro, y se puede recorrer también en metro, en la línea más turística de todas, la de los vagones de madera. La Avenida tiene un estilo muy europeo; no en vano hay muchos hoteles y edificios construidos hace más de un siglo por españoles que se afincaron ahí. A la altura del número 825, cerca ya de la Plaza de Mayo, (la tristemente famosa Plaza de las Madres de Mayo), está el Café Tortoni, tan conocido en el mundo entero como pueda serlo el Café Gijón en Madrid o el café Florian en Venecia. Fue lugar de reunión años atrás de hombres insignes, famosos pintores y escritores del país, y aún guarda el encanto y el lujo de otras épocas, con cristaleras grandes, cuadros, y periódicos antiguos. En el fondo tienen un escenario donde de noche celebran espectáculos de tango.

La Plaza de Mayo, ya al final de la Avenida (o al principio según se mire) está inundado de monumentos y visitas muy ligadas a la historia del país. Desde que en 1810 se dieran los primeros pasos revolucionarios que condujeron a la Independencia, hasta el día de hoy, es el destino final de todas las manifestaciones, tan frecuentes en Buenos Aires. De hecho, en los 5 días que pasé en la capital, raro fue el día que no hubo una que acabara allí. Allí se han congregado para apoyar a Perón; o para manifestarse contra la última dictadura, o para apoyar a las tropas en la Guerra de las Malvinas…

La Casa Rosada y la Plaza de Mayo

Preside la Plaza, la Casa Rosada, construida en 1894. y sede del Gobierno argentino. La mejor hora para fotografiarla es muy temprano, a las 7 de la mañana, hora en que se producen los cambios de guardia de los granaderos que la custodian.

La Catedral se encuentra en uno de los lados de la Plaza. Para quien espere la típica catedral europea, le resultará difícil encontrarla, pues no se parece en nada… ¿recordáis los tìpicos templos griegos? Pues un estilo asi… Se construyó en 1827, y su estilo es griego neoclásico. En el interior, barroco, sorprende ver la tumba del General San Martín y la guardia que le hacen. Resulta curioso encontrar en el interior de un templo religioso a dos soldados escoltando aquel inmenso mausoleo; asi como la bandera argentina (que por cierto, la podremos ver por todos lados en el país -patria ante todo que dicen ellos-, incluso colgando de los balcones privados), y una gran cantidad de flores que le ponen.

Junto a la Catedral, se encuentra el Banco de la Nación Argentina, y al otro lado de la plaza el Cabildo.

——– CURIOSIDADES ——-

· A la Avenida de Mayo le llaman también la Avenida de los Gallegos, por la cantidad de españoles afincados allí. Mi Buenos Aires querido
· El Obelisco, popularmente se le conoce por varios nombres: el «pinchapapeles de King Kong», el «símbolo fálico del machismo porteño» (suelen presumir bastante de eso, sin cortarse, así como de las mujeres argentinas, la verdad).
· Nadie sabe el por qué del color rosa de la sede del Gobierno, aunque dicen que es por diferenciarse de los americanos y su Casa Blanca; otros dicen que es porque la mezcla original de color la hicieron con cal y sangre; y otros porque mezclaron el rojo y blanco para simbolizar la unión de los dos partidos principales del país que tienen esos colores como símbolos.
· También es curioso ver la pasión que sienten por el fútbol. Ya os iré dando detalles, pero lo priemr oque vi es que en cualquier restaurante , da igual que haya turistas o no, la TV está siempre puesta… y casi siempre con fútbol. Debe ser que allí los retransmiten a diario. Por otro lado, mis dos primeros partidos que tuve que tragarme mientras comía, fueron el R.Madrid-Numancia (son forofos del futbol español) y 90 minutos de un partido en el que no se veía un solo futbolista… sólo enfocaban al público… y aún así la tele tenía todo un círculo de gente alrededor… Es más, cuando miré hacia las cristaleras exteriores del local, la gente se congrega tras el escaparte para ver el partido…

Y así, acabé mi recorrido aquella primera noche, cansado pero con ganas de que amaneciera para seguir viendo los barrios de Recoleta con sus casas majestuosas o de Belgrano, y sobre todo, como no, el de la Boca.. el del auténtico sabor argentino; el de los tangos y los tangueros; el de la magia y el color…

MÁS EXPERIENCIAS DE UN VIAJE A ARGENTINA…

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Categorias: Argentina, Viajar por América



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