Estocolmo, la Venecia del norte
La época de verano suele ser mayoritariamente el momento del año en que solemos hacer ese viaje con el que soñamos durante el resto de los meses. Algunos optamos por un turismo de playa, un poco de sol, relajación absoluta. Otros pensamos que lo mejor es ir a visitar un país y recorrer todas las ciudades posibles, pasearlas, vivirlas. Hoy os proponemos una oportunidad cuanto menos curiosa. En Estocolmo, como sabéis, la capital de Suecia, sólo tienen 4 meses de sol, pero un sol tenue, con temperaturas que en ningún momento sobrepasan los 30 grados. Y esos meses comienzan ya, en verano. Es la mejor época para visitar esta preciosa ciudad.
¿Os venís ahora mismo unos minutos a Estocolmo?.
Estocolmo es la ciudad más grande de Suecia con casi 800.000 habitantes, a orillas del Báltico. La conocida como Venecia del Norte, está rodeada de un archipiélago de islas, lugar de descanso de la mayoría de sus habitantes. Hoy vamos a visitar la zona más turísticas de la ciudad, la parte vieja, conocida como la Gamla Stan. Es allí donde se concentran los edificios importantes de Estocolmo.
La ciudad se creó en 1300. La mayoría de los edificios de la ciudad vieja pertenecen a 1700 o 1800. Es aquí donde se encuentran la mayoría de restaurantes, las tiendas, los museos. Nuestra primera visita es la concurridísima Vasterlanggatan, la plaza central de Estocolmo, lugar de paso diario de todos sus habitantes y punto de encuentro. La plaza siempre está llena de turistas con sus cámaras de fotos, o bien sentados en sus terrazas. En ella podremos contemplar el edificio del Parlamento y el Palacio Real.
Pero Vasterlanggatan no sólo es la plaza céntrica de la ciudad, sino también las calles adyacentes que la siguen y la rodean. Son calles que durante el verano están concurridísimas de gente paseando tranquilamente. En los orígenes de la ciudad, Vasterlanggatan se encontraba fuera de las murallas que rodeaban Estocolmo. A partir del siglo XVI, la calle formó parte del casco antiguo. Su nombre significa en sueco la enorme calle del oeste, por su situación geográfica. Es inexcusable pasear por esta larguísima calle, observando sus tiendas, parando en sus cafés, o viendo la actuación de los músicos y los artistas callejeros.
Nos acercamos ahora al callejón de Marten Trotzig, el más angosto de toda Estocolmo. Su parte menos ancha apenas llega al metro. Su nombre proviene de un vendedor alemán que se trasladó a Suecia en 1581, comprando todas las casas que rodean el callejón. Éste comienza en la Calle Pastgatan. Tenéis que tener cuidado porque, es tan estrecho, que os lo podéis pasar de largo sin verlo. El final del callejón está en la Vasterlanggatan y sencillamente es precioso verlo desde cualquiera de los extremos, siguiendo con la vista sus escaleras y sus paredes amarillas.
Un lugar recoleto y precioso que visitamos ahora es Bramda Tomten. Es una pequeña plaza empedrada, rodeada de casitas de colores, algunas de ellas tiendas o tabernas, y un enorme árbol en el centro de la plaza que da sombra a todo el recinto. Las casas, la mayoría, suelen ser del siglo XVIII, y son muy vistosas. De allí pasamos a la Kopmangatan, la calle más antigua de Estocolmo, de 1323. Durante la Edad Media era un lugar muy frecuentado pues unía el puerto con el mercado central.
Al final de esta calle, una pequeña plaza nos muestra la estatua de San Jorge y el dragón (para los suecos es San Goran). Realizada en bronce, data de principios del siglo XX, y es una réplica de la que está en la Catedral, que es de madera y se cree que corresponde a 1490. Desde la estatua podemos ver la efigie del Palacio Real, con 605 habitaciones, el Palacio en donde realiza su labor el rey de Suecia. Fue construido en 1754 por el arquitecto Nicodemo Tessin. Durante el verano es uno de los lugares más visitados de la ciudad. En la parte de atrás, a las 12.00, tiene lugar el famoso cambio de guardia, algo que no os debéis perder tampoco en vuestra visita a Estocolmo.
Y concluimos nuestra visita a Estocolmo en la Prastgatan, la calle que en su época fue la antigua muralla de la ciudad. Cuando en su momento las murallas ya no fueron necesarias, empezaron a construirse casas en su lugar. Es una calle muy diferente a todas las que nos podemos encontrar en la parte antigua de Estocolmo, puesto que no hay tiendas en ella.
Así pues, aprovechar los contados meses de sol que nos proporciona esta bella ciudad, y escaparos unos días a Estocolmo. No os arrepentiréis.
Cómo llegar a Estocolmo
Podemos llegar de múltiples maneras a Estocolmo. Lo más sencillo es tomar un vuelo hasta su Aeropuerto de Arlanda, situado a 40 kilómetros al norte de la ciudad. Estocolmo también dispone de otro pequeño aeropuerto, el Bromma, a 8 kilómetros, pero éste sólo recoge vuelos nacionales, no internacionales. Desde el aeropuerto de Arlanda podéis tomar los autobuses Flygbussarna, que os llevarán hasta la capital sueca cada 5-10 minutos, o bien los trenes Arlandaexpress, que en apenas 20 minutos os trasladarán a la ciudad.
Si queréis también podéis llegar a Estocolmo en un bonito viaje en barco. Con la compañía Silja Line podemos recorrer el Báltico y llegar hasta la capital sueca. Incluso con DFDS Seaways podemos hacer un precioso crucero desde Newcastle, contemplando las islas suecas (la duración del crucero es de 25 horas).
En tren, en apenas 5 horas podemos llegar a Estocolmo desde Copenhague con las líneas X2000, líneas que también la unen con otras capitales europeas, como Oslo, que está a 6 horas de Estocolmo en tren.
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