Las iglesias de Chiloé
El conjunto denominado Iglesias de Chiloé está ubicado en el archipiélago del mismo nombre, frente a la costa chilena. Se trata de una muestra única de arquitectura religiosa en América Latina y son ejemplares de la tradición que los jesuitas itinerantes de los siglos XVII y XVIII fundaron en el lugar.
En estas iglesias puede apreciarse la combinación única de las técnicas y estilos arquitectónicos aportados por los jesuitas con las tradiciones edilicias de los indígenas nativos del lugar, conformando así piezas de gran valor artístico, cultural e histórico.
Construidos totalmente en madera, estos templos suman un total de 150 iglesias, de las 400 que fueron construidas en el archipiélago durante el proceso de evangelización. En 2000, catorce de ellas fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad, sumándoseles otras dos en el año 2001.
Las iglesias se caracterizan por su forma rectangular y su techo a dos o tres aguas. Frente a la fachada principal, generalmente orientada al este, se extiende una explanada destinada a las procesiones religiosas, que en los pueblos más grandes se convirtió paulatinamente en la plaza principal.
Cuentan con una torre de planta octogonal compuesta de dos o tres cuerpos y el frente del edificio muestra habitualmente cinco arcos, aunque algunas de ellas tienen un número mayor o carecen de ellos.
La parte interna del templo consta de tres naves, de las cuales la nave central es coronada por un techo cóncavo, mientras que sobre el pórtico principal se destina un espacio para el coro.
Si bien se utilizaron materiales resistentes a la humedad, al estar hechas de madera estas iglesias estuvieron en peligro a principio de la década del ‘90, por lo cual varias de ellas fueron declaradas Monumento Nacional. Fueron estos los templos postulados para formar parte del Patrimonio de la Humanidad, estatuto que alcanzaron a principios del nuevo milenio.
Foto 1 Vía: Visit Chile
Foto 2 Vía: Anna Maj Michelson
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