Laja, antecesora de La Paz

Laja, Bolivia 

Ubicada a más de 3 500 metros sobre el nivel del mar, La Paz domina el territorio boliviano desde la altura majestuosa del Altiplano. Esta hermosa ciudad americana debe al azar su emplazamiento actual. Una primera fundación la había ubicado en la actual localidad de Laja, una perla histórica de Bolivia. Vamos a conocerla.

A una hora de la ciudad de La Paz se encuentra Laja, unida con ella por 35 kilómetros de carretera asfaltada. En esta población fue fundada –aunque fugazmente– la capital de Bolivia, en 1548. El capitán Alonso de Mendoza eligió este pueblo, pero tres días después él y sus acompañantes arribaron al valle de Chuquiago. Atraído por las aguas claras y la cálida quebrada boliviana, el capitán se echó atrás y decidió fundar una vez más la ciudad que, oficialmente, lleva el nombre de Nuestra Señora de La Paz.

El monumento más bello aquí es la Iglesia de Laja. Ubicada en la plaza principal, posee admirables retablos y cuadros en su interior, pero su fachada es lo más sorprendente. La mezcla de estilos le da un aspecto inigualable.

Su construcción se inició en el año 1545, tres años antes de que Alonso de Mendoza llegara allí. Fue edificada por conquistadores anteriores a él, en el pueblo que por entonces llevaba el nombre de Llaxa o Lappara, habitado por los indígenas aymará.

Esta pequeña iglesia fue remodelada en 1680, cuando adquirió las vetas renacentistas que aún hoy pueden atisbarse. Dos columnas salomónicas fueron añadidas al arco de la entrada, y fue decorada con efigies de monos y águilas bicéfalas.

Durante el siglo XVIII se continuaron las reformulaciones de la fachada del edificio, esta vez según los cánones barrocos, y recientemente se realizaron intervenciones en estilo moderno, que culminaron por configurar su magnífica apariencia actual. En su interior, el altar es de plata labrada y el espléndido coro posee decoraciones en madera labrada.

La historia recuerda a Laja como aquella que pudo ser capital de Bolivia. No falta quien se apene por la oportunidad perdida, pero esta joya histórica y artística no es menos valiosa, y visitarla es una gran oportunidad de conocer el pasado y disfrutar de su actualidad floreciente.

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Categorias: Bolivia, Viajar por América



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