Alberobello, un pueblo de fantasia
A 55 Km. de la ciudad italiana de Bari se encuentra Alberobello y su mayor atractivo es sin duda los trulli, construcciones de origen muy antiguo sobre una base cúbica o cilíndrica de color blanco con una cobertura cónica formada por anillos concéntricos de piedras que convierten a Alberobello en un pueblo de fantasía.
El origen de Alberobello se remonta a fines del siglo primero de nuestra era, cuando después de la toma de Jerusalén por Tito, se cree que se instaló allí una colonia judía. Pero su desarrollo urbanístico comenzaría en 1635, bajo la férula de Giangirolamo II, llamado Guercio di Puglia (Bizco de Puglia).
Lo más curioso de Alberobello son las construcciones llamadas trulli. El trullo era una típica construcción campesina cuyas dimensiones no superan los 30 metros cuadrados, y era el lugar donde el trabajador que cultivaba la tierra podía descansar y guardar los instrumentos de labranza. Los muros de los trulli se construían con la técnica de sobreposición de piedras y luego se colocaba una capa de tierra para mantener el ambiente interno fresco en el verano y cálido en el invierno. En la cumbre de cada trullo, se colocaba una piedra que resultaba ser la “piedra clave” del techo cónico. Según la leyenda, cuando el patrón se aproximaba, con la intención de cobrarles a los campesinos el derecho de asentamiento, éstos retiraban una sola piedra y destruían el techo para que pareciera un simple montón de piedras. Si bien eran utilizados para evadir los impuestos sobre las casas, también eran utilizados probablemente para comunicar la llegada de eventuales controles mediante señales de humo; es ese caso se destruían los techos, los que se reconstruían después de pasado el peligro.
Por los signos hebreos que se han encontrado en los edificios más antiguos (aunque también paganos y cristianos), se cree que quienes diseñaron este tipo de construcción fueron aquellos primitivos judíos. Los edificios actuales se edificaron a partir de fines del siglo XVIII y su centro histórico, compuesto por los barrios de Monti y Aia Piccola, ha sido declarado Monumento Histórico y Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Al ser un pueblo pequeño, generalmente se visita Alberobello en un sólo día y está a sólo 1 hora en autobús desde Bari. Conviene llevar buen calzado ya que hay que caminar, trepar y recorrer sus rincones. Además se encuentan cientos de tiendas de recuerdos o souvenir. Pero para aquellos que desean pasar más tiempo en este pueblo de fantasia, una habitación doble en un hotel de tres estrellas cuesta entre 30 y 40 dólares. Y para una comida en un buen restaurante hay que pensar en gastar desde 20 dólares por persona, pero se puede comer económicamente desde 10 dólares.
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