El Valle del Roncal
Navarra es una tierra de valles, de pueblos con encanto, de lugares increíbles que te invitamos a conocer. Uno de esos lugares es el Valle del Roncal, un sitio ideal para pasar unos días, bien estos días de Semana Santa, bien durante las vacaciones de verano.
El río Esca es el protagonista de este valle en el que los almadieros, auténticos marineros de agua dulce, navegaban por el río subidos en los troncos que talaban en los bosques. Este río baja con fuerza desde la montaña, dejando a su paso foces como la de Burgui, hasta el precioso valle que lo recibe.
La foz de Burgui es un espacio protegido que ocupa 155 hectáreas. Tal es la fuerza del río que la montaña se corta en dos formando un pasillo con altos acantilados y donde las aves rapaces encuentran el lugar perfecto para vivir.
El pueblo de Burgui, es un lugar que vive apegado al río y al oficio desaparecido de los almadieros, equilibristas del agua que iban desde el valle hasta el río Ebro. A principios de Mayo se celebra el día de la Almadía y lo celebran con un descenso de 5 kilómetros por el río Esca. Esta “fiesta” atráe a mucha gente y además del descenso hay numerosos actos culturales: teatro, folcklore, deportes autóctonos…
Además podréis conocer mucho más de este oficio si vais al Museo de la Almadía. En este encantador pueblo también hay un precioso puente romano que todavía conserva los arcos originales y la Iglesia de San Pedro con un retablo barroco del siglo XVII.
Cuando visitéis el Valle del Roncal y os pregunten qué pueblo os ha gustado más, no sabréis que contestar porque todas las villas tienen algo que las hacen únicas. Por ejemplo Uztárroz, una localidad que nace de empinadas laderas y con barrios cuesta arriba. Sorolla dibujó este lugar en una de sus pinturas.
Urzainki es otra población de este valle con algunos de los personajes históricos más importantes de esta zona. Por ejemplo la leyenda de la mujer que se convirtió en hidalga tras cortarle la cabeza a Abderramán I.
No podéis iros sin visitar los pueblos de Isaba y la villa que da nombre al valle: Roncal, un lugar situado en el centro del valle y al que le sobran encantos para regalar. Aquí seguro que probaréis unas riquísimas truchas a la Navarra, que seguramente antes habréis visto saltar en el río y como no, el famoso queso del Roncal.
Y mucho mejor después de comer, para que no se os quite el apetito, id a visitar la casa del tenor Julián Gayarre, nacido en esta localidad y en la que podréis ver en un “botecito” su laringe. Y es que como no hay grabaciones con la voz de este cantante lírico del siglo XIX, pensaron que la mejor prueba de su maravillosa voz era que el público viera su laringe. ¿Qué os parece? Es curiso, así que si no os da “asco” no os lo perdáis.
En definitiva el Valle del Roncal forma un entorno maravilloso y con tantas posibilidades como gustos pueda tener cada viajero.
Lugar perfecto para viajar en familia, en grupo de amigos y en solitario.
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