Brujas, magia en sus calles

Brujas Bélgica

Bélgica. Brujas. El Minie Water, el Lago del Amor. Uno de los sitios más encantadores y relajantes que he conocido. Te envuelve su embrujo, su nostalgia, y para quien como yo, disfruta con la historia de las ciudades, evoca (lo hace toda la ciudad) aquella época de las batallas de los tercios de Flandes. Y desde allí, no sé bien si perdido en aquellas historias, en los recuerdos, en la nostalgia, o en el encanto que encierra la ciudad en cada una de sus calles, inicié el recorrido en la que para mí es una de las ciudades más bellas del mundo.

Paseo desde el lago del Amor al centro de Brujas

Desde el lago me dirigí al Beginhof, uno de los barrios más antiguos de toda Bélgica. Este pequeño y tranquilo barrio fue fundado en el año 1245 por Margarita, condesa de Flandes y princesa de Constantinopla, y destinado al reposo del espíritu. Un lugar donde incluso los turistas bajan la voz al unísono, aún sin advertencia previa, ante la quietud que se respira en su interior. Porque en las afueras, en Wingjaard Straat, y en la concurrida Sint-Katelijne Straat, se concentran la mayor parte de tiendas y lugares comerciales de la ciudad.

Aún con el ruido típico de estas calles comerciales, pasearla es un encanto, porque mires donde mires, puedes observar, en primer lugar, el encanto de sus casas hechas en piedras, y por otro lado, entre las típicas tiendas de souvenirs, las muchísimas tiendas de ese exquisito manjar que es el chocolate belga.

Y justo al final de esta calle, en la conjunción de Sint-Katelijn con la calle Dijvers nos encontramos uno de los parajes más bellos y fotográficos de la ciudad.

Allí, imponente, en la esquina nos encontramos con la iglesia de Nuestra Señora, la conocida Vrouwekerk, donde se encuentra la «Virgen con el Niño» a la que tanto adoran en Brujas, y que se encuentra en la capilla de la Virgen, junto al altar mayor. Es una Virgen soberbia, hecha en mármol por las mismísimas manos de Miguel Angel.

A lo largo del canal Dijvers

El paseo por la calle Dijvers es quizás uno de los paseos más bellos que puedan hacerse en una ciudad. Es, sencillamente, reconfortante andar tranquilamente entre tilos, puentes de piedra, antiguos monumentos, y los clásicos pintores dando vida con sus pinceles el romanticismo que la ciudad encierra. Es la vida del agua y de la piedra hecha arte en unos lienzos. Y pararte a verlos es paz, es tranquilidad, es sosiego; es esa melancolía con la que a veces sabemos saborear esos pequeños placeres que a veces nos ofrece la vida.

En la calle Dijvers buscas ese rinconcito donde sentarte, y, mientras tomas una de las clásicas cervezas belgas, te pierdes en el tiempo y disfrutas de la belleza cansada de Brujas; de sus puentes perfectamente imperfectos, de sus calles adoquinadas y de sus edificios medievales. Pierdes la vista en las aguas mansas del canal; dejas que los sentidos fluyan: el olor de los tilos, el color sepia de sus calles, el suave murmullo de las barcas por el rio, el sabor dulce del chocolate o el tacto enmohecido y húmedo de sus puentes.

La ciudad, es como describo, un volcán infinito de sensaciones. Y con ellas, nos marchamos en dirección a la Markt, donde nos espera la gran explosión de luz y color que supone el final de cualquier espectáculo.

En el centro histórico de Brujas

La Markt es el corazón de la ciudad. En el centro Jan de Breydel y Pieter de Coninck controlan el intenso tráfico de turistas que la circulan, y el paso del tiempo por sus añejas casas. Así, uno de los lados de la plaza está enteramente ocupado por cafés y restaurantes en casas que fueron construidas entre los siglos XVI y XVII. En otro lado, el Palacio de la Provincia, edificio neogótico del siglo XIX. Finalmente, en su lado sur, el edificio de los Hallen, cuya torre es el emblema de la ciudad desde el año 1248.

Muy cerca de la Markt se encuentra la plaza Burg, la segunda plaza más importante de la ciudad. Sólo hay que atravesar la pequeña calle Breidelstraat, situada en una de las esquinas de la Markt. En la Burg se encuentran el Palacio de Justicia, del año 1727 y el Ayuntamiento, que data del año 1420 y es de estilo gótico, y el más antiguo de Bélgica. En los otros dos lados, están la Probostía, palacio barroco que data del año 1662, y los restos de una iglesia carolingia del siglo IX.

Una vez situados en la plaza, justo a la derecha de la pequeña calle Breidelstraat, por la que entramos, y justo debajo del Palacio de la Cancillería, hay un pequeño arco abovedado por el que se entra a la calle del Asno Ciego. Un bello paseo entre canales que no hay que perderse. Justo al otro lado del puente, se encuentra el mercado de pescado, del año 1821.

A partir de ahí, no queda sino perdernos por , cortas callejas que bordean los canales y que entre curvas y esquinas nos conducen has los variados restaurantes del Gronerei (la Orilla Verde). Si cerráis los ojos, e intentáis recordar las fotos que hayáis visto de Brujas, las más típicas, las que siempre nos muestran, están tomadas desde aquí, desde el Gronerei, quizás el rincón más bello de la ciudad. Desde aquí, finalmente, se vuelve a conectar con la calle Dijvers.

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Por último, para finalizar el recorrido turístico, no podemos dejar de visitar la Catedral, situada en la Steen Straat, que es la primera iglesia gótica construida en ladrillo en Bélgica. Y, finalmente, en los alrededores de Brujas, a tan sólo siete kilómetros, el pueblo de Damme, al que se llega por un bellísimo paseo arbolado lleno de molinos, y entre canales.

Puedes conocer mejor la ciudad con esta visita guiada por Brujas.

Llegar a Brujas

La distancia entre Bruselas y Brujas es de tan sólo 100 kms. Menos de una hora en tren, los cuales salen de la estación central cada 50 minutos, aproximadamente. Si por el contrario, vamos por carretera, tras salir de la capital belga, sólo hay que coger la A10 durante unos 85 kms.

Por supuesto, también podéis visitarla con el clásico tour que sale desde Bruselas, uno de los más vendidos en Bélgica.

Más información: excursión a Brujas.

Alojamientos

Cuando estuve yo elegí un hotel situado muy cerca de la estación central. No obstante, la ciudad es tan pequeñita que cualquier hotel estará bien situado para cualquier visita. Aquí os dejo una relación de hoteles en Brujas.

Gastronomía

A lo largo del Dijvers, y sobre todo, en el Groneria, gozaréis de una buena comida romántica, con las mejores vistas de Brujas. Es muy típico aquí, como en casi toda Bélgica, la olla de mejillones con patatas fritas.

En la Markt, en la gran plaza central, más que restaurantes (que por estar en la plaza, son carísimos), os recomiendo a quéllos que anden más justitos de dinero, los sitios de comida rápida, pues en esta plaza se congregan casi todas las grandes cadenas de hamburgueserías y pizzerías. A los pies de la torre Hallen, hay además, un puestecito ambulante muy típico de salchichas y otras comidas similares. Es un placer pedir una salchicha y una cerveza y sentarse en uno de los escalones de la plaza para disfrutar de las vistas y el ambiente.
Por último, hay una pequeña calle que sale de la Markt, la calle St. Jakobs Straat, donde hay un par de restaurantes donde degustar una buena fondue de queso.

Recomendaciones

Alquiláos una bicicleta, daros un paseo por la ciudad, donde no hay problemas de tráfico ni peligro, salid a las afueras y buscad el camino que lleva a Damme. Lo pasaréis realmente bien.

En cuanto al chocolate, en la calle Dijvers hay bastantes puestos ambulantes donde os venderán chocolates de todas las clases y colores. También encontraréis puestos de gofres. Exquisitos, la verdad.

En nuestro blog de Bélgica podéis encontrar más información sobre Brujas.

También podéis ver aquí un video sobre Brujas.

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Etiquetas:

Categorias: Bélgica, Guias de Turismo, Visitas guiadas



Comentarios (19)

  1. Gonzalo dice:

    Gabriela no entiendo que quieras viajar de Bélgica a Brujas.
    Es como si quisieras viajar de España a Segovia.

  2. Javier dice:

    Hola, Gabriela:

    Supongo que te refieres a ir de Bruselas a Brujas. Yo te recomiendo pasar al menos dos días en Brujas (más que nada porque Brujas, de noche, es preciosa, aunque un poco triste), y hacer, en último caso, una excursión desde ahí. De todos modos, hacer una excursión de Bruselas a Brujas en un solo día es perfectamente factible porque hay trenes cada media hora, tanto de ida como de vuelta.

    Saludos.

  3. gabriela dice:

    Voy en junio a Paris, y desde ahi me voy a Brusellas y luego a Brujas, que me conviene más?, hacer una noche en cada lugar o quedarme en Brujas, (que por lo que veo en los comentarios es un lugar encantador), y desde ahi viajar a Brusellas a pasar el día. Les agradeceria la recomendación!!
    Gabriela

  4. alex dice:

    me gustaria ver brujas en invierno y cubierta de nieve, no consigo fotos de la ciudad con los tejados blancos. De por si, brujas es encantadora, imaginenla toda nevada

  5. Javier dice:

    Hola, Gabriela:

    Yo te diría que hicieras una noche en cada ciudad. Bruselas es más grande, cierto, pero estoy seguro que Brujas te gustará tomártela con más calma y disfrutarla simplemente paseando junto a sus canales.

    Saludos